martes, 8 de mayo de 2012

Teoría del martillo


Hoy, más que nunca, estoy de acuerdo con la teoría del martillo de Nietzsche.
Sin ningún miramiento deberíamos arrasar con esta sociedad basada en el engaño, en la falsedad, en la pereza, en vagos, inútiles e incompetentes que de forma directa o indirecta estamos creando. Arrasar con una sociedad de… ¡PARÁSITOS!

Sí, habéis leído bien. Parásitos es lo que son, e imbéciles nosotros porque los estamos creando.
Con ese “nosotros” me refiero a los profesores. Estamos apoyando y desarrollando un Sistema Educativo que no hace otra cosa que facilitarnos las cosas. Cada vez todo es más fácil, más sencillo… ¡Nos lo dan todo masticado!
Nos quejamos constantemente de que los alumnos cada vez son más vagos, que no se esfuerzan... ¿De qué nos vamos a quejar si todo es culpa nuestra?
Fomentamos la ley del mínimo esfuerzo. No hay más que adaptaciones curriculares por todos lados, recuperaciones constantemente para conseguir así que el mayor número de alumnos pasen de curso sin ni siquiera haber adquirido los objetivos mínimos, reducimos los contenidos…
Todo esto empieza en las Facultades de Educación de toda España. Quizás no sea bueno generalizar, por eso sólo hablaré de la Facultad de Educación de Valladolid.
Los primeros que dan un ejemplo nefasto son muchos, que digo muchos y no todos, de los profesores que están formando más profesores. Impuntualidad, dejadez, irresponsabilidad…
En esta facultad, e imagino que al igual que muchas otras, lo que brilla por su ausencia es la falta de responsabilidad y de fomento del esfuerzo. Los estudiantes no son conscientes de la importancia que su futura profesión acarrea. Pasan de todo.
Y lo peor de todo es que aquellas personas, y sí, me incluyo, que pensamos que la educación, y por tanto la escuela participan de las bases de nuestra sociedad y, que por tanto, transformarla significaría verdaderamente transformar nuestra convivencia hacia formas más justas y humanas, tenemos que convivir con ellos.
Aquellas personas que piensan que facilitándonos las cosas fomentan el progreso lo único que están consiguiendo es iniciar la destrucción de la sociedad.
Con esto no estoy diciendo que no se tenga que facilitar la educación para todos, no. Es necesario realizar adaptaciones curriculares para aquellas personas que tengan necesidades educativas específicas de tipo psíquico o motórico. Lo que digo es que aquellas adaptaciones curriculares como pueden ser los PCPI o la diversificación en la ESO no sirven más que para crear vagos. Probablemente el 85% de las personas que tienen que acudir a estar adaptaciones lo hacen porque no se esfuerzan, no porque realmente lo necesiten.

A mi parecer, otro de los grandes problemas de esta sociedad y del Sistema Educativo es la Universidad. Antes la gente se quejaba porque la Universidad sólo era para “los ricos”, algo que contradecía con la idea de universalidad, es decir, que todos pudiéramos estudiar. Acabados los problemas de carácter económico para estudiar en las universidades aparecieron los problemas ante el dicho de que “Estudia quien sirve”. Llamadme antigua si queréis, pero creo que sólo deberían estudiar aquellas personas que valen para ello. No juzguéis aún. Dejadme terminar. Se ha garantizado de tal manera las plazas en la universidad que muchos de los estudiantes se matriculan por matricularse. No tienen interés alguno por la carrera escogida, ni mucho menos vocación. Entran en la carrera porque es sencilla y fácil de sacar para tener algún estudio, ya que ahora se ha puesto tan de moda, sin tener en cuenta los intereses de personas que están cursando unos estudios pensando en un devenir cada vez más cercano.
También soy consciente de que hay personas que quieren estudiar. Que lo hacen y les cuesta. Pero se esfuerzan, y para mí, eso es lo que vale. EL ESFUERZO. El querer algo y luchar por ello. Intentarlo. Una vez hayamos visto que lo han intentado y por más que lo intentan no lo consiguen, facilitarles las cosas. Ahí está el error. Que directamente facilitamos las cosas evitando así el trabajo diario que requiere estudiar. Y si a pesar de requerir un esfuerzo, éste no se ve recompensado, me da igual la forma, es normal que la gente tire la toalla. Si los propios profesores no incitamos al esfuerzo ni lo valoramos, incitamos lo contrario, el pasotismo.
Creo que está en nuestras manos valorar a aquellas personas que son emprendedoras, que intentan, que se esfuerzan, tratar de sacar de ellas todo su potencial para, así, de esta forma mejorar esta sociedad. Y creo que la única forma de conseguirlo es exigiendo. Exigir, dentro de unos límites pero exigir.
Si continuamos como hasta ahora no esperen un futuro muy brillante de la especie humana.

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