Hoy, más que nunca,
estoy de acuerdo con la teoría del martillo de Nietzsche.
Sin ningún miramiento deberíamos
arrasar con esta sociedad basada en el engaño, en la falsedad, en la pereza, en
vagos, inútiles e incompetentes que de forma directa o indirecta estamos
creando. Arrasar con una sociedad de… ¡PARÁSITOS!
Sí, habéis leído bien.
Parásitos es lo que son, e imbéciles nosotros porque los estamos creando.
Con ese “nosotros” me
refiero a los profesores. Estamos apoyando y desarrollando un Sistema Educativo
que no hace otra cosa que facilitarnos las cosas. Cada vez todo es más fácil,
más sencillo… ¡Nos lo dan todo masticado!
Nos quejamos
constantemente de que los alumnos cada vez son más vagos, que no se esfuerzan...
¿De qué nos vamos a quejar si todo es culpa nuestra?
Fomentamos la ley del
mínimo esfuerzo. No hay más que adaptaciones curriculares por todos lados,
recuperaciones constantemente para conseguir así que el mayor número de alumnos
pasen de curso sin ni siquiera haber adquirido los objetivos mínimos, reducimos
los contenidos…
Todo esto empieza en
las Facultades de Educación de toda España. Quizás no sea bueno generalizar,
por eso sólo hablaré de la Facultad de Educación de Valladolid.
Los primeros que dan un
ejemplo nefasto son muchos, que digo muchos y no todos, de los profesores que
están formando más profesores. Impuntualidad, dejadez, irresponsabilidad…
En esta facultad, e
imagino que al igual que muchas otras, lo que brilla por su ausencia es la
falta de responsabilidad y de fomento del esfuerzo. Los estudiantes no son
conscientes de la importancia que su futura profesión acarrea. Pasan de todo.
Y lo peor de todo es
que aquellas personas, y sí, me incluyo, que pensamos que la educación, y por
tanto la escuela participan de las bases de nuestra sociedad y, que por tanto,
transformarla significaría verdaderamente transformar nuestra convivencia hacia
formas más justas y humanas, tenemos que convivir con ellos.
Aquellas personas que
piensan que facilitándonos las cosas fomentan el progreso lo único que están
consiguiendo es iniciar la destrucción de la sociedad.
Con esto no estoy
diciendo que no se tenga que facilitar la educación para todos, no. Es
necesario realizar adaptaciones curriculares para aquellas personas que tengan necesidades
educativas específicas de tipo psíquico o motórico. Lo que digo es que aquellas
adaptaciones curriculares como pueden ser los PCPI o la diversificación en la
ESO no sirven más que para crear vagos. Probablemente el 85% de las personas
que tienen que acudir a estar adaptaciones lo hacen porque no se esfuerzan, no
porque realmente lo necesiten.
A mi parecer, otro de
los grandes problemas de esta sociedad y del Sistema Educativo es la
Universidad. Antes la gente se quejaba porque la Universidad sólo era para “los
ricos”, algo que contradecía con la idea de universalidad, es decir, que todos
pudiéramos estudiar. Acabados los problemas de carácter económico para estudiar
en las universidades aparecieron los problemas ante el dicho de que “Estudia
quien sirve”. Llamadme antigua si queréis, pero creo que sólo deberían estudiar
aquellas personas que valen para ello. No juzguéis aún. Dejadme terminar. Se ha
garantizado de tal manera las plazas en la universidad que muchos de los
estudiantes se matriculan por matricularse. No tienen interés alguno por la
carrera escogida, ni mucho menos vocación. Entran en la carrera porque es
sencilla y fácil de sacar para tener algún estudio, ya que ahora se ha puesto
tan de moda, sin tener en cuenta los intereses de personas que están cursando unos
estudios pensando en un devenir cada vez más cercano.
También soy consciente
de que hay personas que quieren estudiar. Que lo hacen y les cuesta. Pero se
esfuerzan, y para mí, eso es lo que vale. EL ESFUERZO. El querer algo y luchar
por ello. Intentarlo. Una vez hayamos visto que lo han intentado y por más que
lo intentan no lo consiguen, facilitarles las cosas. Ahí está el error. Que
directamente facilitamos las cosas evitando así el trabajo diario que requiere
estudiar. Y si a pesar de requerir un esfuerzo, éste no se ve recompensado, me
da igual la forma, es normal que la gente tire la toalla. Si los propios
profesores no incitamos al esfuerzo ni lo valoramos, incitamos lo contrario, el
pasotismo.
Creo que está en
nuestras manos valorar a aquellas personas que son emprendedoras, que intentan,
que se esfuerzan, tratar de sacar de ellas todo su potencial para, así, de esta
forma mejorar esta sociedad. Y creo que la única forma de conseguirlo es
exigiendo. Exigir, dentro de unos límites pero exigir.
Si continuamos como
hasta ahora no esperen un futuro muy brillante de la especie humana.
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