martes, 22 de mayo de 2012

Un Problema de Educación


En los últimos 40 añas se ha producido un proceso de escolarización enorme alcanzándose en la actualidad uno de los niveles de escolarización más altos de la historia de España.
Esto sería una gran noticia puesto que significa que a los españoles nos interesa la educación  y formación de nuestros hijos de no ser por las altas cifras de fracaso escolar, absentismo y casos de de indisciplina y acoso que se dan en las aulas.
En este post nos centraremos en las cifras de indisciplina y acoso más en profundidad sin dejar de lado el fracaso escolar y el absentismo ya que todo está ligado.
En los últimos años muchos profesionales de la enseñanza han puesto el grito en el cielo porque están perdiendo la autoridad.
Sin embargo primero debemos preguntarnos sobre qué es la autoridad en el ámbito docente.
Según la Real Academia de la lengua Española, la autoridad sería la capacidad de mando, aptitud para hacerse obedecer.
Los docentes no sólo han perdido la autoridad sino que también se les ha perdido el respeto.

A continuación hacemos referencia a unos datos:
-          El 73% de los docentes han sufrido agresiones verbales.
-          1 de cada 4 profesores han sufrido violencia física.
-          El 25% de los profesores han sufrido bajas por agresiones físicas.
-          El Defensor del Profesor tiene una media de entre 9 y 10 llamadas diarias.

Analicemos los datos:
 En menos de 30 años la figura del profesor ha sufrido una cambio increíble: De la figura autoritaria en la que el alumno sólo tenía que oír, ver y callar, a personas indefensas que tienen miedo de entrar a las aulas por miedo de que sus alumnos les agredan.

Este temor por la agresión a los profesores ha llegado incluso a las aulas de las Facultades de Educación donde los alumnos que se están formando para ser docentes presentan, en los seminarios previos a las prácticas, su temor a la indisciplina-
Todo esto ha provocado la desmotivación del profesorado a causa de insultos y amenazas.

Es ahora cuando nos preguntamos: ¿Cómo hemos llegado a esto?
Hemos llegado a este punto porque el alumno es consciente de que haga lo que haga va a salir impune. Aquí el profesor tiene pocas oportunidades de educar y enseñar.
Lo más curioso a la par que alarmantes es que ellos saben que lo que hacen está mal, pero lo siguen haciendo. Aquí podemos observar un problema de indisciplina y falta de autocontrol.

“La falta de disciplina supone que un niño pueda encararse a un profesor y salir impune”. Son palabras de Gerardo, padre de un hijo violento, amonestado por la guardia civil por darle dos bofetadas a su hijo en público.
Meses después, cuando su hijo fue expulsado del centro educativo por agresiones y mal comportamiento (traducido en falta de disciplina y educación) Gerardo se lo entregó a la Guardia Civil para que lo educaran ellos puesto que él era incapaz.
He aquí otro problema que da lugar a la indisciplina, y ése es LA FAMILIA.

La familia tradicional (entendida como la madre educando en casa y el padre trabajando) ya no existe. Lo que existe ahora son malos ejemplos familiares. Ahora todo vale, el hijo siempre lleva razón, se sale con la suya y la culpa es de otro y, esto, se transmite en el Sistema Educativo.

La familia tiene que restablecer el principio de autoridad, ya que son los padres los que deben de transmitir los valores a los hijos.
El problema está en que los padres han dimitido de educar. Llegan a casa cansados del trabajo y lo más fácil es darles lo que quieran para que no molesten.
Vivimos en una sociedad en la que hemos enseñado a los niños que todo es fácil, porque les damos lo que piden, que todo lo podemos conseguir sin sacrificio y sin esfuerzo. Cuando al niño se le exige, en seguida se revela.

Debemos enseñar a los niños que en sus conductas, positivas y negativas, tienen sus consecuencias y que si la familia falla, el profesor nada tiene que hacer.

Entonces, ¿Quién es el responsable? ¿Los padres por dimitir de sus obligaciones como educadores? ¿Los profesores desmotivados? ¿Las autoridades educativas?


martes, 8 de mayo de 2012

Teoría del martillo


Hoy, más que nunca, estoy de acuerdo con la teoría del martillo de Nietzsche.
Sin ningún miramiento deberíamos arrasar con esta sociedad basada en el engaño, en la falsedad, en la pereza, en vagos, inútiles e incompetentes que de forma directa o indirecta estamos creando. Arrasar con una sociedad de… ¡PARÁSITOS!

Sí, habéis leído bien. Parásitos es lo que son, e imbéciles nosotros porque los estamos creando.
Con ese “nosotros” me refiero a los profesores. Estamos apoyando y desarrollando un Sistema Educativo que no hace otra cosa que facilitarnos las cosas. Cada vez todo es más fácil, más sencillo… ¡Nos lo dan todo masticado!
Nos quejamos constantemente de que los alumnos cada vez son más vagos, que no se esfuerzan... ¿De qué nos vamos a quejar si todo es culpa nuestra?
Fomentamos la ley del mínimo esfuerzo. No hay más que adaptaciones curriculares por todos lados, recuperaciones constantemente para conseguir así que el mayor número de alumnos pasen de curso sin ni siquiera haber adquirido los objetivos mínimos, reducimos los contenidos…
Todo esto empieza en las Facultades de Educación de toda España. Quizás no sea bueno generalizar, por eso sólo hablaré de la Facultad de Educación de Valladolid.
Los primeros que dan un ejemplo nefasto son muchos, que digo muchos y no todos, de los profesores que están formando más profesores. Impuntualidad, dejadez, irresponsabilidad…
En esta facultad, e imagino que al igual que muchas otras, lo que brilla por su ausencia es la falta de responsabilidad y de fomento del esfuerzo. Los estudiantes no son conscientes de la importancia que su futura profesión acarrea. Pasan de todo.
Y lo peor de todo es que aquellas personas, y sí, me incluyo, que pensamos que la educación, y por tanto la escuela participan de las bases de nuestra sociedad y, que por tanto, transformarla significaría verdaderamente transformar nuestra convivencia hacia formas más justas y humanas, tenemos que convivir con ellos.
Aquellas personas que piensan que facilitándonos las cosas fomentan el progreso lo único que están consiguiendo es iniciar la destrucción de la sociedad.
Con esto no estoy diciendo que no se tenga que facilitar la educación para todos, no. Es necesario realizar adaptaciones curriculares para aquellas personas que tengan necesidades educativas específicas de tipo psíquico o motórico. Lo que digo es que aquellas adaptaciones curriculares como pueden ser los PCPI o la diversificación en la ESO no sirven más que para crear vagos. Probablemente el 85% de las personas que tienen que acudir a estar adaptaciones lo hacen porque no se esfuerzan, no porque realmente lo necesiten.

A mi parecer, otro de los grandes problemas de esta sociedad y del Sistema Educativo es la Universidad. Antes la gente se quejaba porque la Universidad sólo era para “los ricos”, algo que contradecía con la idea de universalidad, es decir, que todos pudiéramos estudiar. Acabados los problemas de carácter económico para estudiar en las universidades aparecieron los problemas ante el dicho de que “Estudia quien sirve”. Llamadme antigua si queréis, pero creo que sólo deberían estudiar aquellas personas que valen para ello. No juzguéis aún. Dejadme terminar. Se ha garantizado de tal manera las plazas en la universidad que muchos de los estudiantes se matriculan por matricularse. No tienen interés alguno por la carrera escogida, ni mucho menos vocación. Entran en la carrera porque es sencilla y fácil de sacar para tener algún estudio, ya que ahora se ha puesto tan de moda, sin tener en cuenta los intereses de personas que están cursando unos estudios pensando en un devenir cada vez más cercano.
También soy consciente de que hay personas que quieren estudiar. Que lo hacen y les cuesta. Pero se esfuerzan, y para mí, eso es lo que vale. EL ESFUERZO. El querer algo y luchar por ello. Intentarlo. Una vez hayamos visto que lo han intentado y por más que lo intentan no lo consiguen, facilitarles las cosas. Ahí está el error. Que directamente facilitamos las cosas evitando así el trabajo diario que requiere estudiar. Y si a pesar de requerir un esfuerzo, éste no se ve recompensado, me da igual la forma, es normal que la gente tire la toalla. Si los propios profesores no incitamos al esfuerzo ni lo valoramos, incitamos lo contrario, el pasotismo.
Creo que está en nuestras manos valorar a aquellas personas que son emprendedoras, que intentan, que se esfuerzan, tratar de sacar de ellas todo su potencial para, así, de esta forma mejorar esta sociedad. Y creo que la única forma de conseguirlo es exigiendo. Exigir, dentro de unos límites pero exigir.
Si continuamos como hasta ahora no esperen un futuro muy brillante de la especie humana.

lunes, 16 de abril de 2012

Creer es poder


"Lo que pensamos varía nuestra biología"

Bruce Lipton, doctor en Medicina, investigador en biología celular.


Podemos cambiar. No se trata de un gurú de las pseudociencias, Lipton impartió clases de Biología Celular en la facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin y más tarde llevó a cabo estudios pioneros de epigenética en la facultad de Medicina de la Universidad de Stanford que lo llevaron al convencimiento de que nuestro cuerpo puede cambiar si reeducamos nuestras creencias y percepciones limitadoras. El problema siempre es el cómo: cómo cambiar la información del subconciente. En su libro La biología de la creencia recomienda métodos como El PSYCH-K. Y en La biología de la transformación explica la posibilidad de una evolución espontánea de nuestra especie.
Me enseñaron que los genes controlan la vida, que en ellos se inscriben todas nuestras capacidades y características, pero es falso.

 ¿Del todo?
No somos víctimas de nuestra genética, en realidad es el ADN el que está controlado por el medio externo celular.
 ¿Qué significa eso?
La célula es la vida. Hablar de una célula es como hablar de una persona. Nosotros recibimos la información a través de los cinco sentidos y las células reciben las señales del entorno a través de los receptores que captan la información. El ADN es controlado por señales que vienen desde fuera de la célula, incluyendo mensajes energéticos de nuestros propios pensamientos, tanto los positivos como los negativos.

 ¿Somos lo que vivimos y pensamos?
Sí, y cambiar nuestra manera de vivir y de percibir el mundo es cambiar nuestra biología. Los estudios que empecé hace cuarenta años demuestran que las células cambian en función del entorno, es lo que llamamos epigenética. Epi significa por encima de la genética, más allá de ella.

 ¿Y?
Según el entorno y como tú respondes al mundo, un gen puede crear 30.000 diferentes variaciones. Menos del 10% del cáncer es heredado, es el estilo de vida lo que determina la genética.

¿Es el entorno el que nos define?
Aprendemos a vernos como nos ven, a valorarnos como nos valoran. Lo que escuchamos y vivimos nos forma. No vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos. Somos víctimas de nuestras creencias, pero podemos cambiarlas.

Pero las creencias están inscritas en lo más profundo de nuestro subconsciente.
Cierto. El subconsciente es un procesador de información un millón de veces más rápido que la mente consciente y utiliza entre el 95% y el 99% del tiempo la información ya almacenada desde nuestra niñez como un referente. Por eso cuando decidimos algo conscientemente como, por ejemplo, ganar más dinero, si nuestro subconsciente contiene información de que es muy difícil ganarse la vida, no lo conseguiremos.





 ¿Entonces?
Si cambiamos las percepciones que tenemos en el subconsciente, cambiará nuestra realidad, y lo he comprobado a través de numerosos experimentos. Al reprogramar las creencias y percepciones que tenemos de cómo es la felicidad, la paz, la abundancia, podemos conquistarlas.

 Me suena a fórmula feliz...
Así es como funciona el efecto placebo. Si pienso que una pastilla me puede sanar, me la tomo y me encuentro mejor. ¿Qué me ha sanado?...

 ¿La creencia?
Eso parece. Al igual que los pensamientos positivos y el efecto placebo afectan a nuestra biología, existe el efecto nocebo: si crees que algo te hará daño, acabará por hacerte daño. Henry Ford decía que tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienen razón. Si eliges vivir un mundo lleno de amor, tu salud mejorará.

¿Y eso por qué?
La química que provoca la alegría y el amor hace que nuestras células crezcan, y la química que provoca el miedo hace que las células mueran. Los pensamientos positivos son un imperativo biológico para una vida feliz y saludable. Existen dos mecanismos de supervivencia: el crecimiento y la protección, y ambos no pueden operar al mismo tiempo.

O creces o te proteges.
Los procesos de crecimiento requieren un intercambio libre de información con el medio, la protección requiere el cierre completo del sistema. Una respuesta de protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida.

¿Qué significa prosperar?
Para prosperar necesitamos buscar de forma activa la alegría y el amor, y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenen procesos de crecimiento. Las hormonas del estrés coordinan la función de los órganos corporales e inhiben los procesos de crecimiento, suprimen por completo la actuación del sistema inmunológico.

¿La culpa de todo la tienen los padres?
Las percepciones que formamos durante los primeros seis años, cuando el cerebro recibe la máxima información en un mínimo tiempo para entender el entorno, nos afectan el resto de la vida.

Y las creencias inconscientes pasan de padres a hijos.
Así es, los comportamientos, creencias y actitudes que observamos en nuestros padres se graban en nuestro cerebro y controlan nuestra biología el resto de la vida, a menos que aprendamos a volver a programarla.

¿Cómo detectar creencias negativas?
La vida es un reflejo de la mente subconsciente, lo que nos funciona bien en la vida son esas cosas que el subconsciente te permite que funcionen, lo que requiere mucho esfuerzo son esas cosas que tu subconsciente no apoya.

¿Debo doblegar a mi subconsciente?
Es una batalla perdida, pero nada se soluciona hasta que uno no se esfuerza por cambiar. Deshágase de los miedos infundados y procure no inculcar creencias limitadoras en el subconsciente de sus hijos.
 

El simple hecho de que nuestra forma de pensar y nuestro estilo de vida puedan controlar la evolución de nuestra especie, la variación de los genes es realmente impactante. Al igual que explican en la entrevista, el “efecto placebo” que nuestras percepciones tienen sobre nuestro código genético nos podría dar la oportunidad, a través de los pensamientos y percepciones adecuadas de crear seres humanos perfectos. Si desde la cuna educamos a nuestros hijos de una forma adecuada en la ideología de “creer es poder” supondría una revolución en el futuro del ser humano.